Contra todo pronóstico

Una vez más, el mercado hace caso omiso a las recomendaciones de los más preparados y más expertos en la industria y vuelve a hacer lo que le place. Me refiero a las recomendaciones de principios de año para invertir en la Eurozona.

No olvidemos que estamos ante una industria que intenta predecir el futuro y que por tanto, está avocada al desastre de manera recurrente. En este sentido recomiendo la lectura de esta entrada y el último video que publiqué.

El caso es que a falta de unas sesiones parece que USA nos vuelve a sacar la delantera.

Y es lógico si tenemos en cuenta la divergencia existente entre la economía de nuestro continente y el suyo. Mientras ellos viven uno de los mejores años de la última década, aquí estamos todavía estancados o creciendo levemente como es el caso de nuestra economía española. 

Significativa es la gran diferencia entre los márgenes netos empresariales de la Eurozona y USA, no vista nunca antes. Un dato que apoya las creencias de muchos gestores de que a Europa le queda un largo recorrido al alza y que yo también creo, aunque no lo veo tan fácil dado que hace falta mucha más unión entre nuestros países vecinos y mucha menos burocracia.

Este año también hemos visto cómo basta un pequeño aumento en la volatilidad y algunas caídas para que resurjan dudas de algunos y los miedos de otros denominados "inversores de largo plazo".

Dejando un poco de lado la economía general, ya sabemos que lo que nos importa son las empresas individuales. Desde luego yo sigo bastante tranquilo con lo que llevo en cartera (que básicamente es lo que hemos visto en el blog y poco más). La gente seguirá demandando energía, utilizando líneas de teléfono e internet, consumiendo carne envuelta, bebiendo Coca-Colas, comprando y vendiendo acciones en España, etc.

El problema lo tienen los que hacen apuestas arriesgadas esperando dar el pelotazo, probando suerte a ver si se forran con unas Abengoas, FCCs, o Gamesas. Como baje de verdad la marea, en España van a salir muchos desnudos.

Me despido no sin antes recordar lo ocurrido con los cisnes grises de este año: el petróleo, Rusia, Ucrania, Grecia, etc. Unos hechos que prácticamente nadie se aventuraba a pronosticar. Así que ojo con los de 2015 porque puede que tampoco se cumplan y sin embargo nos encontremos otros no previstos, tanto negativos como positivos.