lunes, 14 de octubre de 2013

Value Investing: algunas matizaciones


Tras conocer los principios que rigen el Value Investing y saber que como cualquier estrategia de inversión tiene sus pros y sus contras, me gustaría dejar claro algunas de las que para mí son sus limitaciones, unas más solventables que otras.

La primera y fundamental, es que pese a que ya hemos visto que las rentabilidades históricas obtenidas con esta filosofía de inversión por los mejores gestores han sido espectaculares, hay que ser sincero con uno mismo y dejar la arrogancia de lado: nosotros no somos Buffet, Schloss, Templeton ni Paramés. No tenemos el poder que estos gestores tienen como para ir a visitar personalmente las empresas que compran y generalmente, tampoco disponemos de la cantidad de tiempo necesaria como para analizar cuenta por cuenta los resultados de una compañía ya que ello requeriría meses o varias personas trabajando para nosotros.

De hecho, aún haciendo todo este trabajo, tampoco hay que olvidar que, a veces incluso ellos cometen errores. El Value, como cualquier invención de la humanidad, no es perfecto, aunque al menos sí que puede eliminar de nuestro radar de compra a muchas compañías con un futuro incierto.

Hay que aceptar que cometeremos errores en nuestras inversiones. Lo importante es acertar más veces de las que nos equivoquemos, consiguiendo una buena rentabilidad total.

Por otra parte, se suele decir que con los números de la empresa, los balances y cuentas anuales, se puede conocer todo acerca de la misma. Esto es algo que no comparto totalmente, como tampoco mismísmo, Buffet que afirma que es 85% Graham y 15% Fisher. ¿Qué quiere decir esto? Que en los números de la empresa hay cosas que no se ven: la experiencia, historial y profesionalidad de los directivos, sus expectativas, la cuota que algunas empresas ocupan en nuestras mentes, algunos moats, ventajas competitivas o la calidad de la empresa, son solo algunos ejemplos.

Para ello hay que investigar todo lo posible dentro de lo que esté a nuestro alcance acerca de esos aspectos. 

Otro punto que suele suscitar bastante polémica es el PER, así como otros múltiplos de valoración. Generalmente se acepta que una empresa con un Price to Earnings Ratio elevado está cara. Pero es que el PER, es solo un indicador de la cantidad de veces que se paga el beneficio por acción.

Por tanto, este y otros múltiplos similares de valoración pueden servirnos como indicador, pero nada más, por sí solos no pueden justificar una compra. ¿Cuántas veces hay empresas que tienen un PER bajo de manera justificada? En mi opinión, muchas. Remitiéndome nuevamente a Buffet, a veces es mejor comprar un gran negocio a un precio justo que uno mediocre a un precio bajo. Por ello prefiero comprar empresas que quizás estén menos infravaloradas que otras, pero el negocio sea de más calidad y me ofrezcan mayor seguridad.

Por último destacaría la diversificación, aquella que muchos tanto critican y que sin embargo, creo que sigue siendo imprescindible. 


Por mucho que estemos seguros del valor de una empresa, por mucho que estemos en lo cierto y ésta valga mucho más, nadie conoce el futuro, y pueden ocurrir cosas que inesperadamente afecten de manera muy perjudicial a la empresa. Perder todo o casi todo el capital en una inversión es algo inasumible y contra lo que nos podemos proteger mediante la diversificación. 

De hecho, los mejores inversores diversifican, no hay más que ver algún ejemplo. Eso sí, en su justa medida. Para comprar un montón de empresas sin saber por qué, mejor comprar un índice. 

Lo ideal es tener un número de empresas en cartera de acuerdo a nuestro capital y al tiempo de que dispongamos para dedicarles. 

Por todo lo anteriormente comentado, me gusta ser sincero conmigo mismo y pensar que al menos, soy un seguidor del análisis fundamental aficionado al Value Investing, al que intento "mejorar" con algunas ventajas de otras filosofías de inversión.

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