sábado, 2 de noviembre de 2013

La importancia del interés compuesto

Probablemente hayáis oído esa frase de Einstein que dice:


"El interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo"



Por mi parte, la suscribo totalmente. Vamos a ver con más profundidad si es realmente tan poderoso y si nos puede servir en nuestra estrategia de inversión a largo plazo.

Partiendo de que existe el interés simple (aquel en el que el beneficio obtenido se retira tras un periodo determinado, como por ejemplo el vencimiento anual de un depósito) y el interés compuesto (en el que el beneficio generado por los intereses se reinvierte y se capitaliza), podemos hacer algunas estimaciones para ver el abismo que separa a uno y otro.

Supongamos la actual rentabilidad media de un depósito, un 2,5%. Por supuesto los depósitos no nos pagarán esa misma cantidad durante 40 años, pero servirá para que nos hagamos una idea de lo que ocurriría si reinvertimos o no los intereses.

Supongamos además, que le añadimos al capital inicial de 5.000€ una aportación de 1.200€ al año, es decir, 100€ al mes.



Vaya diferencia ¿eh?. Sobre todo si tenemos en cuenta que al cabo de 40 años sin reinvertir ganancias tendremos los 51.800€ del capital acumulado y únicamente los 1.295€ que nos generan ese año. Total, que en el año 40 acabamos con 53.095€. El beneficio del interés simple nos lo hemos ido comiendo año tras año.

Si vamos a la parte derecha de la tabla, podemos ver que la diferencia es de nada menos que 40.013€. Casi nada. Pero claro, en esta situación hemos tenido que privarnos de caprichos, dejar los intereses anuales intactos y reinvertirlos. ¿Compensa? Yo creo que sí. La diferencia en el beneficio (que no el capital que tendremos en el año 40) es de 41.308€ - 28.400€ = 12.098€. Esa es la recompensa por no haber tocado nada de lo que íbamos ganando en nuestra inversión. Eso, y acabar con casi el doble de dinero en el año 2052.

Pero veamos lo que ocurre si en lugar de un depósito, optamos por invertir en bolsa y usando las mismas variables (capital inicial de 5.000€ y aportación anual de 1.200€). Como rentabilidad media usaré de la bolsa española en los últimos 30 años que hace poco comentaba en esta entrada. La rentabilidad era de un 16% sin contar la inflación.



¿Pero qué ha pasado? Algo debe de estar fallando en los números... 

Para nada. Los números no engañan. La diferencia entre el capital que tendríamos en el año 40 si reinvertimos o no, es sencillamente impresionante. Hablamos de que ya dentro de 20 años tendríamos 234.559€ capitalizando intereses frente a los 32.248€ si no lo hacemos. 

Como podéis ver, conforme más rueda la bola de nieve más grande se hace cada vez. La diferencia en el 2052 sería de casi 4 millones y medio de euros. Y eso simplemente invirtiendo 5.000€ y sumándole 100€ al mes. Ahí lo dejo. Ahora no parece tan raro que Warren Buffet esté entre los 5 más ricos del mundo ¿a que no?

Pero bueno, seamos realistas, un periodo como el que vivió nuestra bolsa en los últimos 30 años es difícil que se vuelva a producir. Así que optaremos por ver algo más conservador, como por ejemplo la media de los últimos 200 años de la bolsa norteamericana, un 7% al año.



Tampoco está nada mal. Una diferencia de beneficios de casi 200.000 euros. 

Lo que queda claro es que a la más mínima variación en la rentabilidad media, el beneficio crece o decrece exponencialmente. Juzgad vosotros mismos si compensa o no reinvertir y capitalizar intereses.

Por supuesto, no todo iba a ser de color de rosas y el interés compuesto tiene 2 grandes enemigos: la inflación y los impuestos. Para no alargarme más, veremos en qué medida nos afectan en la próxima entrada.

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