sábado, 16 de noviembre de 2013

Enemigos del interés compuesto: los impuestos


Concluyendo con la serie de entradas sobre la importancia del interés compuesto y enemigos como la inflación, hoy quiero mostraros otro igual de importante: los impuestos.

En nuestro ejemplo de interés compuesto el tipo de impuesto que nos afecta es el directo, que grava las rentas del ahorro, y que como todos sabréis no es más que el gran pellizco que Hacienda se lleva del beneficio de nuestro ahorro e inversión. O como a mí me gusta llamarlo, un atraco público y legal a los ahorradores.

Los impuestos no es que sean malos en sí, si no que el problema viene del uso que se les de: para financiar inversiones, realizar mejoras públicas, sanidad, educación, etc. En nuestro caso, España disfruta de unos impuestos altísimos y de los cuales muy poco se destina a los ciudadanos de los que procede y además, cuando se hace, los resultados suelen dejar mucho que desear.

Ocupándonos de nuestro ejemplo de inversión a 40 años vista, los impuestos son una de las mayores trabas a las que nos enfrentamos. Y es que en España se tributa el 21% de lo ganado hasta 6.000 euros, el 25% a partir de ahí y hasta 24.000 euros y el 27% para cantidades superiores a esos 24.000 euros anuales.

De esta manera, en el caso del depósito al 2,5% anual, donde invertíamos 5.000 euros iniciales y añadíamos 1.200€ cada año, si retiramos el capital y el beneficio una vez al año y volvemos a contratar otro depósito por un año más, al cabo de 40 años únicamente habremos conseguido un beneficio de 30.023 euros, tributando cada año al 21% frente a los 38.000 euros que se obtenían si no se tocaba el dinero en los 40 años y se capitalizaban los intereses. Es decir, unos 8.000 euros que se lleva nuestra querida Hacienda Pública.

Si logramos un 7% anual, la diferencia es todavía mayor. Obtendremos 148.021 euros de beneficio frente a 261.434 euros que conseguíamos si no tocábamos el dinero durante ese tiempo.

Por último, en el caso más extremo del 16% anual, si sacamos el dinero una vez al año, el beneficio total es de poco más de 1.300.000 euros, ya que tendremos que soportar impuestos de hasta el 27% con cada venta anual. Algo más de 3 millones de euros que dejamos de ganar tan solo a causa de la tributación.

Desde luego son cantidades más que grandes y que al menos yo no estoy dispuesto a dejar que hacienda se las quede tan fácilmente.

Para ello, contamos con 2 alternativas: invertir a largo plazo sin tocar el dinero cada año o montar una empresa con la que reinvirtamos los beneficios sin tributar de la misma manera. 

Como lo segundo no está al alcance de todos, lo más sencillo sigue siendo la inversión a muchos años vista. De esta manera los intereses se capitalizan sin pasar cada año por la criba de los impuestos y pueden crecer a un ritmo exponencialmente mayor. Ello por no hablar de las comisiones que se queda nuestro broker con cada compra-venta anual

2 comentarios :

  1. Muy buen post. Según tengo entendido en caso de vender acciones si esperas unos días más de un año la cuantía para hacienda es menor. No obstante, es un atraco al ahorro y a la inversión en toda regla y en eso hay poco que discutir.
    Un fuerte abrazo,
    sumaysigue

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por el comentario.

      En efecto, este año se discrimina entre tener las acciones más o menos de un año a la hora de compensar las minusvalías con las plusvalías siguiendo el criterio FIFO y la regla de los 2 meses.

      Un abrazo!

      Eliminar