Es más que conocido en la actualidad el término cisne negro, cuyo mayor exponente lo encontramos en Nassim Nicholas Taleb, con su obra El cisne negro, que recomiendo a todo aquel que quiera saber un poco más acerca del escepticismo, la psicología humana y su aplicación a los mercados.
Según el autor, un cisne negro es:
Un suceso improbable, una rareza, que escapa del reino de las expectativas normales, porque nada del pasado puede apuntar de forma convincente a su posibilidad. Además, su impacto es tremendo y por si fuera poco, la naturaleza humana hace que inventemos explicaciones de su existencia después del hecho, con lo que se hace explicable y predecible.
El término lo acuña Taleb a raíz de que los investigadores del mundo animal pensaban que solo existían cisnes blancos y por ello únicamente se centraban en estudiar estos animales (sesgo de confirmación). La sorpresa llegó un día que por casualidad encontraron un cisne de color negro y sus estudios quedaron desbaratados.
Como ejemplos de cisnes negros tenemos el éxito de Google, la invención de la rueda, el descubrimiento del fuego o el 11S y la Segunda Guerra Mundial. Por tanto, puede decirse que hay cisnes negros positivos, pues su impacto resulta beneficioso para la sociedad o alguien en particular y negativos, que son aquellos que no nos benefician.
Lo interesante de estos eventos es que no podemos identificarlos hasta que ya han ocurrido. Por ejemplo, nadie podía prever en 1858 el impacto que un año más tarde tendría para el mundo el descubrimiento del petróleo o en 1962, a nadie se le ocurriría pensar que unos militares estaban trabajando en una tecnología que transformaría totalmente la manera en que nos comunicamos (Internet).
Según Taleb, esto se debe a que los humanos nos empeñamos en investigar cosas ya sabidas, olvidándonos de lo que desconocemos. Osease, estudiando la historia, creyendo que la entendemos y lo que es peor aún, que en el futuro se repetirá y podremos anticiparnos a ella. A esto lo llama racionalización por retrospección.
Al hablar sobre este tema, lo que más pronto se me viene a la cabeza (por desgracia) es la enorme cantidad de analogías que se oyen en los medios sobre el próximo cisne negro.
Así, viendo la imagen anterior lo lógico es pensar que la bolsa caerá como en 2000 y 2008, incluso hasta un nivel más bajo.
Sin embargo, partiendo de que el futuro no está escrito en el pasado, habría que dejar de cavar en un túnel que no nos permita ver más allá de ahí, ya que igual que puede ocurrir un cisne negro, puede que la bolsa suba 1.000 puntos más si los beneficios siguen creciendo, puede que caiga un 30% por algún evento inesperado, o puede que baje un 90%.
El caso es que un cisne negro no se puede identificar antes de que suceda, pues el concepto en sí implica que no podemos saber cómo, ni qué evento será el que ocurra, a pesar del empeño que muchos medios ponen en identificarlos: fin del QE en USA, subidas de tipos de interés, explosión de burbuja inmobiliaria en Reino Unido, recesión de la economía China, etc.
Lo peor es que luego algunos acertarán, (incluso puede que lo haga yo con mi comentario al azar) y volveremos al principio, parecerá que era un cisne negro previsible y que podemos adivinar el futuro. De momento, en el mes de mayo seguro que el mercado ya ha puesto a más de uno en su sitio.
En el título menciono los cisnes grises, que tal y como Taleb los describe, son aquellos de los que podemos tener una vaga idea, pero no saber su impacto. Por ejemplo, un cisne gris sería una catástrofe natural, una crisis económica o una epidemia. Unos sucesos que al menos llegamos a poder imaginar y que serían lo más parecido a lo que tanto se anuncia en los medios.
El problema lo tienen los catastorfistas que se pasan la vida buscando cisnes negros que provoquen un crack y eso habitualmente aparece cada muchos años.
ResponderEliminarMientras, disfrutemos, con prudencia y no a cualquier precio, de los mercados alcistas que me parece vamos a tener en los próximos años (con sus sustos y correcciones, pero sólo eso, sustos)
Lo malo es que esas noticias catastrofistas venden y bastante. La solución para mi es alejarse de los medios tóxicos, que son casi todos.
EliminarEn cuanto a lo de disfrutar yo soy de los que se alegran más viendo todo en rojo :)
Un saludo!
No eres el único que se alegra más del rojo que del verde. Aunque últimamente llevamos unos meses que cada vez cuesta más ver el rojo.
ResponderEliminarUn saludo.
por algo la inactividad es la piedra angular de nuestra filosofía
Eliminarun saludo!