La espera tiene su recompensa

Hoy escribo en referencia a una entrada publicada a mediados de mayo, en la que decía que el Ibex caería 1.000 puntos, y es que debo reconocer que me ha sorprendido que suceda tan pronto, teniendo en cuenta que no era más que un pronóstico al azar, como el de cualquiera que se aventure a predecir el futuro.

Mi único fundamento era el de unas valoraciones que no dejaban lugar para comprar con un adecuado margen de seguridad y una sensación como de que el mercado solo podía subir, (cosa que podía haber sucedido, no olvidemos que la irracionalidad casi no conoce límites). 

Y es que cuando las emociones dicen que hay que comprar lo que sea antes de que perdamos el tren, es cuando hay que ser temeroso, reflexionar y esperar. Para mi es lo más difícil, sobre todo con los intereses de risa que pagan los bancos.

Ahora parece que la espera ha merecido la pena y el mercado quiere hacer un poco de limpieza. Algo se puede ir comprando, pero como todo, con moderación. Igual que nadie sabía hasta cuando podía seguir subiendo esto, tampoco sabemos hasta donde caerá. 

Con las últimas caídas he aprovechado para comprar un ETF de los que aquí os comentaba, sobre todo para tener algo de exposición al sector bancario, pero evitando el riesgo de meterme en una patata caliente, a la que le ocurra como a nuestro vecino portugués. Admito que todavía soy incapaz de analizar las cuentas de nuestro sector financiero y lo poco que veo no me convence. En caso de tener que elegir uno optaría por el americano Wells Fargo. También he realizado esta compra porque últimamente ando escaso de tiempo para analizar empresas y porque tampoco veo oportunidades muy claras de compra individuales. 

¿A precios razonables todavía? Probablemente casi todas las empresas que he analizado, sumando alguna otra como Repsol. No obstante ya no esperaría grandes revalorizaciones a corto plazo. El mercado no es eficiente, pero tiende a la eficiencia, como creo que podría ser el caso.

Igualmente me ha sorprendido positivamente que todas las empresas analizadas han llegado o superado las valoraciones que estimaba para ellas, a excepción de Telefónica, lo cual no me agrada porque así no es posible comprar más y en España el número de empresas que merecen la pena deja mucho que desear.

Este año también se vuelven a desmontar un montón de estadísticas y recomendaciones inútiles, además de la del Sell in May, no eran pocos los analistas que recomendaban sobreponderar la periferia europea, y ya vemos el resultado. Además tenemos el caso de julio y agosto, meses que en los últimos 50 años han sido alcistas y ahora están resultado ser todo lo contrario. ¿Será septiembre alcista?

Mi mejor consejo ahora mismo: tómense el verano con calma, desconecten de los mercados, ya que se oirá mucho ruido que puede acarrear decisiones precipitadas y en caso de duda, repartan las compras temporalmente. 

No olviden que la espera tiene su recompensa, tanto para ver caídas como para cosechar los frutos de invertir a largo plazo.